Porque
conocí la debilidad humana,
a ti, te puedo comprender y consolar.
Vi como los que se decían amigos
con mal fingido olvido involuntario
rehusaron lavar sus pies entre ellos,
del orgullo seguían siendo prisioneros.
a ti, te puedo comprender y consolar.
Vi como los que se decían amigos
con mal fingido olvido involuntario
rehusaron lavar sus pies entre ellos,
del orgullo seguían siendo prisioneros.
Por uno que se decía amigo,
fui traicionado y entregado,
humillado por precio con un beso.
Mi amigo inseparable,
por miedo, no dudó en negarme.
Otros, por la ceguera espiritual afectados,
no me reconocieron como al Hijo del Padre.
En la hora más difícil fui abandonado,
sólo pedí que velaran un rato,
pero por el sueño fueron vencidos,
mientras al asecho permanecía el enemigo.
Les amé, no como ama el amo,
por mezquino interés a sus esclavos,
les amé más allá de sus defectos
y en la cruz, mi vida estregué por ellos,
para que tuvieran entrada al reino de los cielos...
La entrega incondicional es la esencia del amor verdadero,
cuando te fallen tus amigos, ten misericordia de ellos.